Hasta entre las ratas hay razas...

En una ciudad tan violenta como la nuestra oír hablar de robos es tan común como el tráfico vehicular (bueno el otro también, pero no pienso entrar en ese tema jajaja), incluso hay zonas de la ciudad marcadas por esta razón, sin embargo cabe aclarar que existe una marcada diferencia entre el robo y el asalto, ambos implican el ser despojados de nuestros bienes, sin embargo el robo no implica que estemos presentes o conscientes de la acción, por ejemplo cuando te sacan la cartera en el metro; en el asalto si estamos consientes del delito, de hecho deja una secuela y un sentimiento de intimidación e inseguridad, es por esta razón que muchos especialistas en la materia se refieren a la diferencia entre un delito y otro connotando el grado de violencia (física y/o psicológica) que sufre quien es víctima de éste delito.

Sin embargo existen más diferencias entre un delito y otro, esto se ve reflejado incluso en el tipo de persona que comete estos delitos, los ladrones han estado arraigados en la sociedad desde hace miles de años, es probable que junto a la prostitución sean los dos primeros oficios de la humanidad, a diferencia de los asaltantes, los ladrones tienen su propio código de ética (aunque pueda sonar bizarro), evitan dejar huellas, son cautelosos, realizan una planeación, no forzan las cerraduras y probablemente la característica más importante jamas roban a quien tenga menos que ellos, en resumen son el resultado de miles de años de evolución.

En México existe otro tipo particular de ladrones denominados "rateros" a diferencia de los ladrones su especialidad son los transeúntes u objetivos móviles, sus habilidades son semejantes a las de un ladrón, pues no hacen uso de violencia, son igual cautelosos y tienen una habilidad increíble con las manos, literalmente pueden desaparecer tu reloj frente a tus ojos (hasta el cinturón jajaja).

A final de cuentas un delincuente es un delincuente, sin embargo unos tienen estilo y otros prefieren el camino fácil, desgraciadamente en nuestro país es común usar una u otra palabra para referirnos al mismo acto "ser despojados de nuestros bienes", habría que hacer una buena reflexión de como debemos referirnos al hablar de nuestros políticos (presidentes incluidos), pues encajan en varias categorías estafadores, defraudadores, extorsionistas, etc, etc, etc.

Ustedes que opinan cual es la palabra o será que en unos años el llamar a alguien político será la forma de referirse a quien usando su cargo en el gobierno, realiza una serie de delitos contra sus gobernados, de ser así, será mejor ir escogiéndolos adecuadamente jajaja.

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